lunes, 22 de octubre de 2012

Terapias de Desintoxicación


La intoxicación

Hoy en día los seres humanos llevan consigo grandes cargas de toxinas acumuladas en sus tejidos.
Estas toxinas provocan un deterioro prematuro que conduce hacia el camino de la enfermedad y muerte temprana.
Cada vez menos personas mueren de forma natural y es más común escuchar que fallecen por una enfermedad terminal.
Apenas en estos tiempos es que despierta el interés por la medicina preventiva y la importancia de cultivar buenos hábitos de vida tal como en su tiempo enseñaban los ancestros.
La salud y el equilibrio es una cuestión de conciencia y elección, pues dependerá del grado de valor que le des a tu vida la motivación que tengas para decidir día a día lo que realmente conviene a tu cuerpo. El cuerpo y la vida que fluye en él es un gran tesoro que hay que cuidar.
Recuerda que por más dinero que tengas, puede no servirte para solucionar una enfermedad terminal.
Hay personas que tienen más limpio su carro o casa que su primer vehículo que es su cuerpo, muchos otros se impregnan de perfumes caros, maquillajes y cremas de belleza, sin embargo, se olvidan que el sinónimo de belleza no depende de la imagen que proyectes sino de la condición en que nuestros órganos se encuentran.

Radicales libres
Los tóxicos que cargamos las 24 horas del día se llaman radicales libres. Son moléculas que han perdido un electrón y al robar éste de una molécula estable (cantidad de electrones adecuados) inicia una reacción en cadena que tiene efectos dañinos para nuestro cuerpo que van desde vejez prematura, hasta enfermedades mortales como cáncer.
Existen diversas fuentes que generan en nuestro organismo radicales libres:


El aumento de radicales libres en la sangre provoca acidosis sanguínea. La sangre está en buen estado cuando es ligeramente más alcalina que ácida. Al transformarse en ácida genera múltiples alteraciones de salud y el organismo deja de estar en equilibrio.

La acidosis sanguínea provoca que el sistema inmunológico se debilite haciendo al cuerpo susceptible a virus o bacterias. ¡La gente no enferma por virus o bacterias sino por acidosis sanguínea! Esta es la verdadera epidemia mundial.

La ciencia del pH
El pH es la relación que existe entre acido y alcalino.
Ácido= Moléculas de H+
Alcalino= Moléculas de OH Existe una escala que mide el pH y va desde 0 a 14, donde el 7 es neutro y el 14 el más alcalino.


En cada zona corporal tenemos un pH diferente, esto quiere decir que algunas son más alcalinas y otras son más ácidas. Un ejemplo es la flora vaginal, tiene un pH de 4 o 5, si se altera se presentan infecciones, la mejor manera de recuperar el equilibrio es restableciendo el pH de la zona.
Siguiendo la idea, si se altera el pH del cabello o de las uñas se debilitan. Así podemos clasificar cada parte del cuerpo según su pH.
El pH de la sangre tiene un pH de 7.3 o 7.4, si se altera, no podrá cumplir adecuadamente sus funciones.


Una manera de revertir la acidosis sanguínea y regresar al equilibrio de pH es eliminando todos los tóxicos que se van acumulando en los tejido. Para ello describiremos algunas terapias de desintoxicación para eliminar en pocos segundos venenos o fermentos del organismo.

Terapias de desintoxicación

¡Natura Medicatrix! significa: “la naturaleza es la que cura”. Esto fue dicho por el que fue considerado padre de la medicina “Hipócrates”.

Hipócrates consideraba que el cuerpo tiene una fuerza curativa natural, en una enfermedad no se debe centrar la terapia en sofocar síntomas sino en resolver las causas, esto implica realizar lo necesario para colocar al cuerpo en la vía donde es posible que por si mismo se recupere.


Nuestros órganos sufren de fiebre interna
Gracias a los malos hábitos en la nutrición y por abusar de comidas concentradas, el aparato digestivo trabaja en exceso para digerir por lo que demanda gran cantidad de energía biológica para llevar a cabo su función no sólo de absorción sino también para eliminar, como la energía biológica es transportada por el sistema nervioso a la zona requerida y con ello también la sangre, en el aparato digestivo y demás órganos
existe una hiperfunción nerviosa y sanguínea. La sangre es caliente y su acumulación en los órganos provoca
el aumento de temperatura en ellos, la elevada temperatura es llamada fiebre interna.
Por último la sangre acumulada contiene tóxicos que entorpecen el equilibrio tisular de dichos órganos.
Esto lleva al punto en que los órganos no funcionan adecuadamente, se “agotan”, los sistemas de eliminación sufren de fiebre y acumulaciones de materia pútrida por lo que literalmente se “atascan” o tapan con lo que no podemos eliminar la materia de desecho en cantidades necesarias. “somos una especie de Olla Express que acumula dentro de sí un caldo de toxinas sanguíneas y tisulares”.
Como el calor está acumulado en los órganos, la superficie (piel) se debilita, carece de buena irrigación sanguínea y por lo tanto calor. Este es el caso de personas friolentas o anémicas. Para liberar los órganos del sobreesfuerzo que desempeñan hay que refrescarlos, la mejor manera de hacerlo es llevar la sangre tóxica y con gran calor desde el interior a la superficie en la piel. “Afiebrar la piel y refrescar los órganos es el
camino de la salud”.
Además una manera de ayudar para refrescar órganos es consumir alimentos más alcalinos como fruta, verdura, semillas, germinados, cereales integrales (uno de los mejores es el arroz integral), lechadas de almendras, arroz, amaranto, etc.

Enfermedades agudas y crónicas
Cuando existe un nivel adecuado de vitalidad, el cuerpo intenta eliminar sustancias morbosas de la sangre por medio de crisis curativa y son llamadas enfermedades agudas.
Las enfermedades crónicas son propias de individuos con una energía vital pobre y se origina en consecuencia de haber sofocado una enfermedad aguda con fármacos que deprimen la energía vital, la enfermedad queda en el interior sin síntomas. La solución es convertir la enfermedad crónica en una aguda desatando crisis curativa, a través de esta vía el individuo verá reaparecer el síntoma o dolencia sofocada por algún tiempo hasta que la energía vital se encargue de eliminar las impurezas.
Fiebre externa, erupciones, llagas, supuraciones, diarreas, dolor, son un intento de la energía vital para deshacerse de lo dañino.

En la actualidad no morimos de enfermedades agudas sino
crónicas.


CASO:





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